Cada mañana trae una bendición escondida;
una bendición que solo sirve para este día
y que no puede guardarse o desaprovecharse.
No podemos dejar nunca que cada día parezca igual
al anterior porque todos los días son diferentes.
Presta atención a todos los momentos,
porque la oportunidad, el “instante mágico”,
está a nuestro alcance.