El habla desmedida se pueden colar palabras que van desde las vanas y sin sentido hasta las que ofenden y destruyen.
Una palabra llena de celos introduce la desconfianza.
Una palabra con maldición destruye la nobleza del alma.
Una palabra hiriente hace llorar al amor.
Una palabra llena de entusiasmo levantará una actitud pesimista.
Una palabra llena de aliento alegra un corazón triste.
Una palabra de esperanza trae vida donde se acaban las ilusiones.
Una palabra de amor restaura a la persona ofendida.
Una palabra de paz puede ponerle fin a la discordia.
Una palabra oportuna puede detener el peligro.
Una palabra sabia puede enderezar el camino.
Una palabra de perdón libera al que está cargado.
Una palabra de consuelo quita el luto del corazón acongojado.
Una palabra de verdad puede descubrir la mentira.
Y una palabra dicha de honestidad disipa las dudas.
Mes: noviembre 2015
No olvides que el éxito no es una casualidad sino la recompensa
Cada nuevo día es un regalo y una oportunidad para superarse, para recomenzar nuestra lucha, para rectificar, para ser felices…
Junto al sol las esperanzas de un nuevo día brillan al amanecer.
Un nuevo día, una nueva oportunidad para hacer historia. Escribe la historia de tu vida con palabras de amor.
Un nuevo día, hoy tienes la oportunidad de ser mejor. Lo que hoy hagas que sea mejor de lo que ayer hiciste, para superarlo mañana.
Un nuevo día, para olvidarse del conformismo y no pensar que ya lo hemos dado todo en la vida. Si piensas que ya lo has dado todo, solamente te estás negando la oportunidad de ser mejor.
Piensa a cada momento que todo lo que hagas puede ser aún mejor, y tu espíritu de lucha te impulsará en este nuevo día por el sendero del éxito y la felicidad.
Un nuevo día, donde el éxito toca a tu puerta.
No olvides que el éxito no es una casualidad sino la recompensa
• para quien lo buscó y luchó por él,
• para quien al caer supo levantarse,
• para quien necesitó ayuda y supo pedirla,
• para quien cuando se sintió solo buscó compañía,
• para quien cuando tuvo duda buscó a un consejero,
• para quien antes de buscar ser entendido pudo entender,
• para quien estuvo dispuesto a empezar en cualquier momento,
• para quien comprendió que el amor es la fiel recompensa de amar.
Haz tiempo para todo
Sé firme en tus actitudes
y perseverante en tu ideal,
pero sé paciente, no pretendiendo
que todo te llegue de inmediato.
Haz tiempo para todo, y todo lo que es tuyo, vendrá a tus manos en el momento oportuno.
Aprende a esperar el momento exacto para recibir los beneficios que reclamas.
Espera con paciencia a que maduren los frutos para poder apreciar debidamente su dulzura.
No seas esclavo del pasado y los recuerdos tristes.
No revuelvas una herida que está cicatrizada.
No rememores dolores y sufrimientos antiguos.
¡Lo que pasó, pasó!
Aprende…
Aprende a mirarte con amor y respeto,
piensa en ti como en algo precioso.
Desparrama en todas partes
la alegría que hay dentro de ti.
Que tu alegría sea contagiosa
y viva para expulsar la tristeza
de todos los que te rodean.
La alegría es un rayo de luz
que debe permanecer siempre encendido,
iluminando todos nuestros actos
y sirviendo de guía a todos
los que se acercan a nosotros.
Si en tu interior hay luz y dejas abiertas las ventanas de tu alma, por medio de la alegría, todos los que pasan por la calle en tinieblas, serán iluminados por tu luz.
Una mujer…
HAY UNA MUJER …
Que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor, y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados.
Una mujer que siendo joven, tiene la reflexión de una anciana y en la vejez trabaja con el vigor de la juventud.
Una mujer, que si es ignorante, descubre con mas acierto los secretos de la vida que un sabio, y si es instruida se acomoda a la simplicidad de los niños.
Una mujer, que siendo pobre se satisface con los que ama, y siendo rica daría con gusto sus tesoros por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud.
Una mujer que siendo vigorosa, se estremece con el llanto de un niño, y siendo débil se reviste a veces con la bravura de un león.
Una mujer que mientras vive no la sabemos estimar, porque a su lado todos los dolores se olvidan, pero después de muerta daríamos todo lo que poseemos por mirarla de nuevo un solo instante, por recibir de ella un solo abrazo, por escuchar un solo acento de sus labios.
De esa mujer no me pidas el nombre, si no quieres que empape en lágrimas el pañuelo… esa mujer yo la vi por el camino.
¡Es mi Madre!