
Tú que te ciñes de fuerza y valentía para afrontar las adversidades que se te presentan.
Tú que te levantas aun cuando ya no tienes fuerzas. Tú que pones toda tu confianza en el Señor día a dia, y esperas que sea Él quien te dirija.
Tú que te levantas a pelear por tus hijos y por tu matrimonio. Tù que te pones la armadura que el Señor te a dado y te paras en la línea de batalla sin temor. Tú que atraviesas los desiertos poniendo tu fe y esperanza en que vas a llegar a la tierra prometida.
Tú que te secas las lagrimas y sigues caminando como si nada hubiera pasado. Tú que decidiste perdonar a quien te falló y fuiste libre del rencor y resentimiento. Tú que fuiste rendida a los pies del Señor y alli has permanecido.
Esa mujer eres tú.
Bendiciones