Una Bella Reflexion

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Una mujer que se llevaba muy mal con su esposo sufrió un paro cardíaco. Casi a punto de morir, un ángel se presentó ante ella para decirle que, evaluando sus buenas acciones y sus errores no podría entrar al cielo; y le propuso permitirle estar en la tierra unos días más hasta lograr cumplir con las buenas acciones que le faltaban. La mujer aceptó el trato y se regresó otra vez en su hogar junto a su esposo. El hombre no le dirigía la palabra porque hacía tiempo que estaban peleados.
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Ella pensó:
– Me conviene hacer las paces con este hombre. Está durmiendo en el sofá, hace tiempo dejé de cocinarle. Él ahora está planchando su camisa para salir a trabajar, le daré una sorpresa.

Cuando el hombre salió de la casa, ella empezó a lavar y planchar toda la ropa de él. Preparó una rica comida, puso flores en la mesa con unos candelabros, y un cartel en el sofá que decía: “Creo que puedes estar más cómodo durmiendo en la cama que fue nuestra. Esa cama donde el amor concibió a nuestros hijos, donde tantas noches los abrazos cubrieron nuestros temores y sentimos la protección y la compañía del otro. Ese amor, aún con vida, nos espera en esa cama. Si puedes perdonar todos mis errores, allí nos encontraremos”.
Tu Esposa
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Cuando terminó de escribir el último renglón “Si puedes perdonar todos mis errores” pensó: ¿me he vuelto loca?, ¿yo voy a pedirle perdón cuando fue él quien empezó a venir enojado de la calle cuando lo echaron de la fábrica y no conseguía trabajo? Yo tenía que arreglarme con los pocos ahorros que teníamos haciendo malabares, y todavía tenía que soportar su ceño fruncido. Él empezó a tomar, aplastado en el sillón, exigiendo silencio a los niños que sólo querían jugar. Él empezó a gritarme cuando yo le decía que así no podíamos seguir, que yo necesitaba dinero para mis hijos. Él lo arruinó todo; y ¿ahora yo tengo que pedirle perdón?
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Enfurecida rompió la carta y escuchó la voz del ángel que decía:
– “Recuerda: algunas buenas acciones y alcanzarás el cielo, de lo contrario no podrás entrar”.
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La mujer pensó:

– ¿Valdrá la pena?, y rehízo la carta agregando aún más palabras cariñosas: “No supe comprender nada entonces, no supe ver tu preocupación al quedarte sin empleo, luego de tantos años con un salario seguro en esa fábrica. ¡Debiste haber sentido tanto miedo! Ahora recuerdo tus sueños de “cuando me jubile haremos”. Cuántas cosas querías hacer al jubilarte. Pude haberte impulsado a que las hicieras en lugar de obligarte a aceptar estar todo el día sentado en ese taxi.
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Ahora recuerdo aquella noche de locura cuando rompí esas cartas de amor que habías escrito para mí, y prendí fuego a todas las telas de los cuadros que pintabas. En ese momento me enfurecía verte allí, encerrado en ese cuarto gastando nuestro dinero en pomos de pintura para nada, o sentado en ese escritorio escribiendo tonterías para mí. Debí haberte impulsado a vender esos cuadros. Eran realmente hermosos. Estaba desesperada, yo también me sentía segura con el salario de la fábrica y no supe ver tu dolor, tu miedo, tu agonía.
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Por favor perdóname mi amor. Te prometo que de hoy en adelante, todo será diferente. Te amo.
Tu Esposa
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Cuando el marido regresó del trabajo, al abrir la puerta notó algo distinto; el olor a comida, las velas en la mesa, su música favorita sonando suavemente y la nota en el sofá. Cuando la mujer salió de la cocina con la fuente en la mano, lo encontró tirado en el sillón llorando como un niño. Dejó la fuente, corrió a abrazarlo y no necesitaron decirse nada, lloraron juntos, él la alzó en sus brazos y la llevó hasta la cama; hicieron el amor con la misma pasión del primer día. Luego comieron la exquisita comida que ella había preparado, rieron mucho mientras recordaban anécdotas graciosas de los niños haciendo travesuras en la casa.
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Él la ayudó a levantar la mesa como siempre lo hacía, y mientras ella lavaba los platos, vio por la ventana de la cocina que en el jardín estaba el ángel. Salió llorando y le dijo:
– Por favor ángel, intercede por mí. No quiero a este hombre sólo en este día. Necesito un tiempo más para poder impulsarlo con sus cuadros, y tratar de reconstruir esas cartas que sólo para mí y con tanto amor había escrito. Te prometo que en poco tiempo, él estará feliz, seguro; y ahí sí podré ir donde me lleves.
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El ángel le contestó:
– No tengo que llevarte a ningún lado, Mujer. Ya estás en el cielo, te lo has ganado. Recuerda el infierno donde has vivido y nunca olvides que el cielo siempre está al alcance de tu mano.
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La mujer oyó la voz de su marido que desde la cocina le gritaba:

– “Mi amor, hace frío, ven a acostarte, mañana será otro día”.
Sí -pensó ella-, gracias a Dios, mañana será otro día…
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Para meditarlo:
Usted, que reclama lo que no recibe, ¿ya pensó en lo que no da?

Usted, que se lamenta porque sufre, ¿ya pensó en cuánto hace sufrir?
Usted, que acusa a la ignorancia, ¿ya evaluó sus conocimientos?
Usted, que condena el error, ¿ya percibió cuánto erró?

Usted, que se dice amigo sincero, ¿ya se analizó con sinceridad?
Usted, que se queja de penurias, ¿ya vio cuánto posee más que los otros?
Usted, que critica el mundo, ¿ya hizo algo para mejorarlo?

Usted, que sueña con el cielo, ¿cuánto ha hecho para extinguir el infierno?
Usted, que se dice modesto, ¿se sentiría orgulloso de parecer humilde?

Usted, que condena el mal, ¿ha procurado difundir el bien?
Usted, que deplora la indiferencia, ¿ha sembrado el amor?

Usted, que se aflige con la pobreza, ¿ha usado bien sus riquezas?
Usted, a quien le duelen las espinas, ¿ha cultivado rosas?

Usted, que tanto lamenta las tinieblas, ¿ha esparcido luz?

Usted, que se ocupa de sí mismo, ¿se ha preocupado de los demás?
Usted, que se siente tan pequeñito, ¿ha procurado crecer?

Usted, que se queja de soledad, ¿ha brindado su compañía a un amigo?
Usted, que se asusta ante la enfermedad, ¿qué ha hecho por su salud?

Usted, que anhela la concordia, ¿ha combatido la discordia?

Que es para ti el amor?

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Muchos son los autores que, a lo largo del tiempo, han tratado de describir el amor sin ponerse del todo de acuerdo. Y es que el amor no resulta fácil de definir debido a que se trata de un fenómeno complejo y con muchas facetas que, además, se experimenta en una gran variedad de relaciones muy diferentes entre sí.

El amor no es simplemente que alguien te guste mucho más que los demás, sino un sentimiento diferente. Por ejemplo, cuando alguien te gusta respondes afirmativamente a frases como «es la clase de persona que me gustaría ser», mientras que cuando amas a alguien te identificas más con frases como «si no pudiera volver a ver a esta persona me sentiría muy infeliz», o «creo que puedo confiarle a esta persona prácticamente todo», lo cual indicaría un gran nivel de intimidad emocional con alguien. Por tanto, en el amor se da un fuerte sentimiento de apego hacia la persona amada y un alto grado de intimidad emocional.

Cuando se utilizan cuestionarios de este tipo, tanto hombres como mujeres responden de formas muy parecidas, lo cual indica que ambos sexos viven el amor de modos similares.

El amor apasionado

El amor apasionado se caracteriza por la existencia de deseo sexual, emociones intensas y una gran preocupación por la persona amada. Es un tipo de amor que surge de una manera rápida e intensa, aunque su intensidad se va desvaneciendo con el tiempo. Algunas relaciones terminan cuando esta pasión inicial desaparece, mientras que en otras relaciones el amor apasionado se convierte en ese otro tipo de amor donde el deseo es menos intenso pero predominan sentimientos de dependencia mutua, confianza y afecto. Es un tipo de amor estable, duradero y que se va volviendo más profundo con el tiempo.

Los ingredientes básicos y el desarrollo del amor

El amor tienen tres componentes principales: intimidad, pasión y compromiso.

La intimidad es ese sentimiento de conexión, unión y cercanía emocional con alguien, es lo que te hace confiar plenamente en una persona y contarle cualquier cosa acerca de ti y de tu vida y dejar que te vea tal y como eres.

La pasión se refiere al deseo sexual y atracción física que sienten el uno por el otro.

El compromiso hace referencia al deseo de amar a esa persona a través del tiempo y permanecer a su lado. Es lo que lleva a dos personas a casarse o vivir juntas.

Estos tres componentes no siempre se dan juntos. Al principio de una relación, cuando las dos personas todavía no se conocen, es probable que no exista más que un componente: la pasión. Ambos pueden sentirse tremendamente enamorados, pero aún no ha habido tiempo para que se desarrolle una verdadera intimidad ni se conocen lo suficiente como para saber si desean establecer un compromiso. Aunque este amor apasionado puede ser muy intenso, no es el que mejor predice el futuro de la relación. Por ejemplo, una pareja que decide casarse demasiado pronto, en base solo a una intensa pasión, puede acabar en desastre cuando la pasión se debilita y descubren que no hay nada más entre ellos.

Sin embargo, conforme pasa el tiempo, puede ir desarrollándose uno de los componentes más importantes del amor: la intimidad. Este sentimiento de intimidad surge más lentamente, conforme se van conociendo y van confiando cada vez más el uno en el otro. De este modo surge una mezcla de intimidad y pasión que recibe el nombre de amor romántico.

La siguiente fase suele llamarse amor consumado y se produce cuando aparece también el tercer componente del amor: el compromiso, que empuja a ambos miembros de la pareja a permanecer unidos a lo largo del tiempo, a planear un futuro juntos, a considerarse una familia y desear compartir sus vidas.

Con el tiempo, la pasión que predominaba al inicio de la relación se va debilitando poco a poco hasta el punto de que puede llegar a desaparecer, de manera que la pareja necesita esforzarse y actuar, utilizando su imaginación y creatividad si desea mantener viva esa pasión, pues si no hacen nada, la tendencia natural es la de ir apagándose poco a poco. Cuando esto sucede y la pasión se desvanece puede surgir un tipo de amor diferente en el que existen solo dos de los componentes básicos del amor: la intimidad y el compromiso. No obstante, éste puede ser también un amor lo bastante intenso y gratificante como para mantener unida a una pareja a lo largo del tiempo.

VIRTUDES QUE UNA RELACIÓN AMOROSA DEBERÍA TENER

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Uno de los tesoros a los que todas aspiramos es tener una relación amorosa feliz, saludable y estable. Aunque no hay ninguna receta mágica que nos pueda garantizar conseguirla, debemos saber que existen unos pilares básicos a los que todas deberíamos aspirar.

Dar y recibir siempre sin exigir

En muchas ocasiones se cae en el error de dar todo por la otra persona, sin esperar nada a cambio. Pero hay que tener cuidado con ello ya que la balanza puede llegar a quedar muy desequilibrada. Una relación amorosa sana es dar y recibir por igual y sin exigir nunca. Si en un momento dado aparecen las desigualdades es seguro que aparece la frustración y el sufrimiento. No hay que dudar en abrirse a la otra persona pero teniendo la seguridad de que se va a recibir lo mismo.

Amar sin someter y sin depender

Otro error de lo más común es construir una relación que se base en la dependencia. Si nos llegamos a acostumbrar a depender de otra persona nunca nos llegaremos a sentir realizadas y será el momento en el que aparecen los celos y las desconfianzas. Se debe construir una relación de amor donde no existan sometimientos, donde ninguno obligue al otro y donde no hay control ni dominación.

Lo perfecto es encontrar a otra persona que confíe en nosotras y que nos quiera pero sin ponernos límites. Algo esencial es disponer de espacio para cada uno dentro de la pareja para que la confianza en nosotras mismas y nuestra autoestima no se vea mermada.

Aprender a escuchar y a discutir

Las discusiones son habituales en cualquier pareja, es algo muy normal. Y es que discutir ayuda a conocerse mejor, a poner límites y a marcar normal a la par que ayudan a comprender la personalidad del otro. Pero lo que hay que tener claro es que siempre debe ser con un fin constructivo, nunca humillante o sancionador. Se discute para aprender y para llegar a acuerdos y para eso se debe saber escuchar a la otra parte sin sancionar, intentando ponerse en el lugar de la otra persona para atender sus necesidades. Se debe hablar, aportar propuestas e ideas y tener la mente abierta y sobre todo, comprender que discutir no significa insultarse ni enfadarse, sino aprender y comprender.

Mantener la ilusión todos los días

Los gestos resultan extremadamente importantes para tener una ilusión diaria y mantener fuerte la relación de pareja. Una caricia sin que se espere, un beso para dar los buenos días, acostarse los dos a la misma hora, hacer cosas juntas… son detalles que van edificando la relación y que refuerzan la felicidad con la que se puede dotar una estabilidad en la pareja.

Una pareja perfecta se construye día a día con algunas de estas virtudes que merece la pena poner en práctica desde ahora mismo. Y es que nos merecemos ser felices, no hay que olvidarlo nunca.

Antes de ser infiel.

Antes de ser infiel.

Antes de ser infiel.

Piensa que estas cambiando tardes y noches enteras por, como mucho, dos horas.

Que estas eligiendo los besos de alguien que te tiene ganas en vez de los de una persona que te Ama.

Que estas prefiriendo a una persona para la cual eres »alguien mas» en vez de la persona que quizás sea la única a la que de verdad le importes .

Que estas prefiriendo a alguien que pensó que estabas »buena» en vez de alguien que cree que eres la persona mas hermosa del m…undo.

Que estas optando por alguien que te alimenta el ego en vez de optar por alguien que te llena el corazón .

Que estas apartando de tu lado a una persona que daría la vida por ti por alguien a quien apenas le interesas .

Que estas traicionando la confianza de alguien que piensa y se preocupa por ti las 24 horas a cambio de alguien que probablemente te olvide mañana.