
Empatizar es ponerse en el lugar del otro, entender y comprender su postura, circunstancias y sentimientos sin tener que identificarnos con él.
Pero no es suficiente con entender y comprender, es muy importante que el otro se sienta comprendido, para lo que utilizamos frases como:
“Puedo imaginar cómo te sientes”, “Te entiendo”…
Ser empáticos no quiere decir que estemos de acuerdo con la otra persona, no es sinónimo de aceptación, y no tiene nada que ver con la simpatía. Puedo utilizar la empatía, como herramienta de comunicación, con una persona con la que no esté de acuerdo o que incluso me caiga mal.
También se suele confundir la empatía con la sobreempatía. Empatizar consiste en comprender al otro, no en sentir lo que él siente y sufrir con él. Actuando así, solo conseguiremos hacernos daño, y perder la oportunidad de ayudar al otro.
Para empatizar tendremos que seguir tres pasos:
El primer paso será observar la conducta no verbal:
Analizaremos lo que nuestro interlocutor, consciente o inconscientemente, nos transmite a través de sus gestos y movimientos.
Recordemos que el “lenguaje no verbal” es el que refleja los sentimientos y las emociones de las personas, y que cuando haya incongruencia entre lo verbal y lo no verbal nos tendremos que quedar con lo no verbal.
El segundo paso es llevar a cabo una buena escucha:
Mostraremos una actitud cercana mirando a los ojos a nuestro interlocutor, inclinándonos ligeramente hacia él y sintonizando el gesto de nuestro rostro
con su emoción.
También podemos hacerle preguntas aclaratorias, enfatizar determinados contenidos, resumir los puntos más importantes y todo lo que consideremos necesario para que se sienta escuchado.
El tercer, y último, paso a la hora de empatizar, consiste en comprender y demostrar que hemos comprendemos:
Para conseguir este objetivo debemos transmitir al otro nuestra comprensión sin ambigüedad. Por ejemplo podremos decirle: “Entiendo perfectamente tu malestar.” Sintonizando siempre con su emoción.
Hasta aquí, hemos visto qué es y qué no es empatizar, y qué pasos debemos seguir para ponernos en el lugar del otro. Pero, ¿para qué nos sirve empatizar?
La empatía, es un recurso fundamental para la resolución de conflictos. Nos ayuda a recoger más y mejor información, a identificar las emociones del otro y a comprender puntos de vista diferentes al nuestro.
Por un lado, ayuda a disminuir los estados emocionales desagradables, como el enfado y la tristeza. Y por otro, nos ayuda a reforzar los estados emocionales agradables, como la alegría.
La empatía también nos sirve para generar vínculos más sólidos con los demás y para mantener relaciones más profundas y duraderas.
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